Vínculo humano-animal

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miércoles, 16 de octubre de 2013

T.D.A.H.

  Quizás a algunos estas siglas no os suenen de nada, pero con ellas nos referimos a una problemática bastante común. Estoy segura de que un gran número de papás y mamás ya saben a qué me estoy refiriendo. 

  El Trastorno por Deficit de Atención con Hiperactividad es un trastorno del comportamiento que afecta a entre el 8 - 10% de los niños en edad escolar. 

  Es un trastorno de diagnosis relativamente moderna ya que antes se hablaba de "trastos", "niños malos", que buscaban ser el centro de atención. Hoy en día sabemos que estos niños tienen dificultades para controlar su comportamiento por lo que en muchas ocasiones necesitan la ayuda de un tratamiento conductual y/o medicación. 

  Existen 3 categorías dentro del T.D.A.H.
1. INATENTO. Son niños que se caracterizan por presentar dificultades en la atención, por una incapacidad para prestar atención a los detalles, problemas para seguir instrucciones, de organización y dispersión.
2. HIPERACTIVO-IMPULSIVO. En este caso los niños son más movidos, realizan gestos o movimientos repetitivos que denotan nerviosismo, corren y trepan de forma excesiva, tienen dificultades para jugar tranquilamente, hablan de manera compulsiva y descontrolada.
3. COMBINADO. Presentan una combinación de factores de las dos categorías anteriores y es el tipo más frecuente. 

Todos los niños en momentos puntuales muestran estos comportamientos pero el T.D.A.H. se alarga en el tiempo y afecta a diferentes contextos (social, académico o doméstico)

Como experta en T.A.P. creo que este tipo de terapia es un buen complemento al tratamiento que siguen estos niños puesto que, como apunta Serpell (2003) "Los animales pueden inducir a un estado de relajación inmediata, psicológicamente tranquilizador, por el simple hecho de atraer y mantener nuestra atención"

Con la terapia asistida con perros podemos tratar algunas de las dificultades que los niños con T.D.A.H. presentan. El animal ayuda a aumentar el interés, la motivación, la disposición a trabajar en equipo, así como incrementar la autoestima, la autodisciplina y reducir la impulsividad. 

Resulta beneficioso puesto que el perro es un agente motivacional excelente, que no los enjuicia y reduce conductas poco favorables como la agresividad. 

Como conclusión a esta entrada os dejo una cita de Hart (2003) "Los efectos calmantes de los animales son especialmente valiosos con los niños con T.D.A.H. y trastornos de la conducta. Una serie de estudios han mostrado que los animales atraían y mantenían la atención de los niños"

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