Vínculo humano-animal

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viernes, 3 de enero de 2014

PARÁLISIS CEREBRAL Y TERAPIA CON PERROS

  La definición de Parálisis Cerebral Infantil más ampliamente aceptada y más precisa es la de un “Trastorno del tono postural y del movimiento, de carácter persistente (pero no invariable), secundario a una agresión no progresiva a un cerebro inmaduro” (Fernández, E. 1988).

  En España 2 de cada 1.000 niños nacidos vivos presentan esta discapacidad, alcanzan los 3,8 millones casi el 9% de la población. Puede producirse por múltiples causas, los problemas en el momento del parto suele ser la más común.

  Como apunta la definición de Fernández, es una afectación que acompañará a la persona de por vida. La discapacidad no desaparece pero si el niño recibe un tratamiento precoz logrará conseguir un mayor desarrollo.

  Afecta a cada persona de manera diferente, algunos lograrán aprender a andar con mayor o menor estabilidad, mientras que los afectados de un modo más severo pueden necesitar ayudar para llevar a cabo las actividades de la vida diaria.

  Podría pensarse que la Parálisis Cerebral es únicamente una afectación muscular y de la postura pero cursa con deficiencias asociadas que pueden provocar déficits sensoriales, retraso mental, etc. 


  Debido a todas las discapacidades asociadas y a la propia gravedad de la Parálisis Cerebral, al niño le resulta muy complicado o casi imposible conectar con el entorno que le rodea por lo tanto es imprescindible enseñarle a interaccionar con el contexto en el que vive, por ejemplo a través del juego, por medio de ayudas técnicas y, como no a través de algo tan cercano y tan presente en nuestro entorno como son los animales.

  Desde el punto de vista psicológico el perro muestra una actitud afectiva y de gran apego al ser humano, ellos no juzgan ni están predispuestos a favor o en contra de nosotros; Son afectivos, fieles, agradecidos y lúdicos, algo muy importante a tener en cuenta en las terapias y actividades con niños. (MEDISAN, 2009)

  Hasta la incorporación de las Terapias con Animales a los niños se les trataba con técnicas convencionales, objetos aparatosos, poco atractivos a la vista y poco placenteros. Es por ello que se pensó en utilizar un animal como “Herramienta de trabajo viva” para conseguir una mayor motivación del niño ante el esfuerzo que supone la terapia y también como medio para acercar al niño al entorno que le rodea.

  Aquellas personas con Parálisis Cerebral cuyo tratamiento se ha visto complementado con la Terapia Asistida por Perros, se ha comprobado que logran un gran número de beneficios como la mejora en el estado de ánimo, la motivación a la hora de trabajar y de realizar el esfuerzo físico que la terapia supone, acrecienta la interacción social, etc.

  Si hablamos de beneficios a nivel físico, se ha demostrado que el trabajar con un perro favorece la relajación corporal, ayudando a disminuir la espasticidad motriz y refuerza el trabajo motriz de miembros superiores e inferiores. (Martínez Abellán, 2008)



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